lunes, 26 de mayo de 2014

Causas y prevención

Causas

Muchos factores de riesgo pueden aumentar las probabilidades de llegar a tener cáncer de seno, pero todavía no se sabe exactamente cómo es que algunos de estos factores de riesgo causan que las células se vuelvan cancerosas. Las hormonas parecen desempañar un papel en muchos casos del cáncer de seno, aunque no se conoce totalmente cómo esto ocurre.

El ADN es el químico de cada una de nuestras células que conforma nuestros genes (las instrucciones sobre cómo funcionan nuestras células). Por lo general, nos asemejamos a nuestros padres porque de ellos proviene nuestro ADN. Sin embargo, el ADN afecta algo más que nuestra apariencia.

Algunos genes controlan cuándo nuestras células crecen, se dividen en nuevas células y mueren. A los genes que aceleran la división de las células se les denomina oncogenes.

Otros, que desaceleran la división celular o que causan que las células mueran en el momento oportuno, se llaman genes supresores de tumores. Ciertos cambios (mutaciones) en el ADN que “activan” los oncogenes o “desactivan” los genes supresores de tumores pueden causar que las células normales del seno se vuelvan cancerosas.



Mutaciones genéticas hereditarias

Ciertas mutaciones hereditarias en el ADN pueden aumentar dramáticamente el riesgo de padecer ciertos cánceres y son responsables de muchos de los cánceres que tienen algunas familias. Por ejemplo, los genes BRCA (BRCA1 y BRCA2) son genes supresores de tumores. Una mutación en uno de estos genes puede heredarse de uno de los padres.

Cuando uno de estos genes está mutado, ya no suprime el crecimiento anormal, y es más probable que se origine el cáncer.

Las mujeres ya se han comenzado a beneficiar de los avances en la comprensión de las bases genéticas del cáncer de seno. Las pruebas genéticas pueden identificar a algunas mujeres que han heredado las mutaciones en los genes supresores de tumores BRCA1 o BRCA2 (o con menos frecuencia en otros genes tal como PTEN o TP53). Estas mujeres pueden tomar medidas para reducir su riesgo de cáncer de seno, y supervisar cuidadosamente los cambios de los senos a fin de detectar la enfermedad en una etapa más temprana, más tratable. Estas medidas se discuten más adelante en otras secciones de este documento.

Las mutaciones en los genes supresores de tumores, como los genes BRCA se consideran de “alta penetrancia”, ya que a menudo conducen a cáncer. Aunque muchas de las mujeres con mutaciones de alta penetrancia padecen cáncer, la mayoría de los casos de cáncer (incluyendo cáncer de seno) no son causados por esta clase de mutación. Con más frecuencia, las mutaciones de baja penetrancia o variaciones genéticas son un factor en el desarrollo de cáncer. Puede que cada una de estas tenga un pequeño efecto individual en el desarrollo del cáncer, aunque el efecto general en la población puede ser considerable ya que son comunes, y las personas a menudo están afectadas con más de una al mismo tiempo. Los genes involucrados pueden afectar los niveles hormonales, el metabolismo u otras cosas que interactúan con los factores de riesgo para el cáncer de seno. Estos genes pueden ser responsables de la mayor parte del riesgo de cáncer de seno que abunda en familias.

Mutaciones genéticas adquiridas

La mayoría de las mutaciones del ADN relacionadas con el cáncer de seno ocurre en las células individuales del seno en el transcurso de la vida de una mujer, en lugar de ser heredadas. Las mutaciones adquiridas de los oncogenes y/o de los genes supresores de tumores pueden ser el resultado de otros factores, tal como radiaciones o de sustancias químicas que causan cáncer. No obstante, hasta el momento se siguen desconociendo las causas de la mayoría de las mutaciones adquiridas que podrían causar cáncer de seno.

La mayoría de los cánceres de seno tiene varias mutaciones genéticas que son adquiridas. Las pruebas para identificar cambios genéticos adquiridos pueden ayudar a los médicos a predecir con más precisión el pronóstico de algunas mujeres con cáncer de seno. Por ejemplo, las pruebas pueden identificar a mujeres cuyas células cancerosas del seno tienen demasiadas copias del oncogén HER2. Estos cánceres tienden a ser más agresivos.

Al mismo tiempo, se han estado desarrollando medicamentos que combaten específicamente a estos cánceres y mejoran los resultados para las pacientes.

Prevención

No existe una manera segura de prevenir el cáncer de seno, pero existen algunas cosas que todas las mujeres pueden hacer que podrían reducir el riesgo, o en caso de que el cáncer suceda, podrían favorecer las probabilidades de detectar la enfermedad en sus etapas iniciales cuando es más tratable.



Cómo reducir su riesgo

Se puede reducir su riesgo de cáncer de seno si altera aquellos factores de riesgo que se pueden cambiar (lea la sección, “¿Cuáles son los factores de riesgo del cáncer de seno?”).

El peso corporal, la actividad física y la alimentación tienen una relación con el cáncer de seno, por lo que existen partes en las que usted podría influir tomando acción.

Tanto un peso corporal aumentado como subir de peso en la edad adulta están asociados a un riesgo mayor del cáncer de seno después de la menopausia. El consumo de bebidas con alcohol también incrementa el riesgo de desarrollar cáncer de seno. Incluso el consumo a niveles bajos se ha asociado con un incremento en el riesgo.

Muchos estudios han mostrado que la actividad física de moderada a vigorosa se ha asociado a un riesgo menor de desarrollar cáncer de seno.

Una dieta que sea rica en verduras, frutas, aves, pescado y productos lácteos que sean bajos en grasa también se ha asociado a una reducción del riesgo para el cáncer de seno en algunos estudios. Pero aún no hay certeza sobre cuáles verduras, frutas u otros alimentos en particular pueden reducir este riesgo. La mayoría de los estudios no ha encontrado que la disminución en el consumo de grasa imponga un efecto considerable en el riesgo de desarrollar cáncer de seno.

Por ahora, la mejor recomendación sobre dieta y actividad física para posiblemente reducir el riesgo de cáncer de seno consiste en:
  • Realizar una actividad física intencional de forma consistente.
  • Reducir la cantidad del peso que aumente durante toda su vida, limitando sus calorías y ejercitándose habitualmente.
  • Limitar o eliminar el consumo de bebidas que contengan alcohol.
  • Las mujeres que optan por amamantar a sus bebés al menos varios meses también pueden obtener un beneficio adicional al reducir el riesgo de cáncer de seno.
  • Se evita aumentar el riesgo si no se usa terapia hormonal después de la menopausia.
¿Se puede detectar temprano el cáncer de seno?

Las pruebas y exámenes de detección tienen el propósito de encontrar una enfermedad, como el cáncer, en las personas que no tienen ningún síntoma. El objetivo de los exámenes de detección, como los mamogramas, es detectar el cáncer de seno antes de que empiece a causar síntomas. Los tumores cancerosos del seno que se encuentran porque pueden ser palpados tienden a ser más grandes, y tienen más probabilidades de haberse extendido más allá del seno. En cambio, los que se encuentran durante los
exámenes de detección suelen ser pequeños y estar aún confinados al seno. El tamaño y la extensión del cáncer de seno son factores importantes para establecer el pronóstico (expectativa) de una mujer que padezca de esta enfermedad.

La mayoría de los médicos cree que las pruebas de detección temprana para el cáncer de seno salvan miles de vidas cada año, y que muchas más pudieran salvarse si un número aún mayor de mujeres y sus doctores aprovecharan dichas pruebas. La observación de las guías de la Sociedad Americana Contra El Cáncer para la detección temprana del cáncer de seno aumenta las probabilidades de que esta enfermedad se pueda diagnosticar en una etapa temprana y que se pueda tratar con éxito.

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